Análisis del documental Ciencia Forense
"El caso Permanyer"
Introducción:
Nos
cruzamos, nos miramos, nos tocamos pero no nos conocemos, la vida de los otros
nos resulta indiferente, creemos que somos invisibles, que nadie nos ve, nadie
nos escucha, nadie nos mira cuando hacemos lo mismo con los demás; pensamos que
pasamos inadvertidos, pero en realidad nuestra presencia siempre deja una
estela, un hilo del que tirar, entonces dejamos de ser anónimos. Quién pone voz
a nuestra historia[1].
La averiguación de la verdad después de un crimen no resulta siempre tarea fácil, tal es el
caso “Permanyer”.
Anna
Permanyer era una mujer de 53 años de edad, casada, con cuatro hijos, de
profesión psicóloga, desapareció en Barcelona la tarde del 27 de septiembre de
2004. Su marido e hijos descartaron desde un principio una fuga voluntaria, ya
que era una mujer muy unida a su familia e integrada en la comunidad.
El 10 de
octubre encontraron su cadáver en un paraje boscoso de Sitges. Le habían
golpeado, atado y envuelto en una sábana. La repulsa por el asesinato y la
solidaridad hacia la familia de la víctima hicieron eco en la ciudad.
El día de su
desaparición Permanyer había concertado una cita con Carmen Badía, de 46 años,
la inquilina del piso de la planta 18 de la Torre Atalaya, en la Avenida
Diagonal, propiedad de la víctima. El portero de la finca recordó haberla visto
entrar y dirigirse hacia el ascensor, pero no la vio salir del inmueble.
Pocos días
después de la aparición del cuerpo de Anna, Carmen Badía acudió a la Jefatura
de Policía para enseñar un contrato de arras en el que se pactaba la
compra-venta del piso propiedad de Permanyer, con trastero y aparcamiento, por
valor de 6000.000 euros, y la entrega adelantada de 420.000 euros. El incumplimiento
de un contrato de arras obliga al propietario a devolver el doble de la señal
recibida.
En ese
tiempo, el 15 de octubre de 2004, volvía a tomar protagonismo el Edificio
Atalaya al producirse un incendio en una vivienda de la planta 11. Curiosamente
ese inmueble había sido alquilado por Carmen Badía con anterioridad a su
mudanza al piso de la planta 18.
Mientras
tanto, varias personas recibieron diversos anónimos que trataban de desviar la
investigación hacia otras direcciones. El enviado al marido de la fallecida,
José Manuel García, sugería que se investigase “a chaperos y drogadictos que
por 50 euros son capaces de todo”. El encargado de mantenimiento del edificio
Atalaya recibió uno que decía: “José. Tíralo todo. Quema el trastero. Hay 6.000
euros más. Todo bien”. Otro dirigido a una tercera persona señalaba: “Dile a
José Manuel que quiero 60.000 euros más o diré quién pagó para matar a Anna
Permanyer”[2].
La investigación policial arrancó desde
el más absoluto desconcierto.
Nadie había visto nada ni nadie había oído nada y conforme pasaban los días se
iban sucediendo extraños sucesos que
sólo hacían que enmarañar más si cabe el trabajo de la policía.
Para resolver la investigación, la policía
realizó un especial trabajo. Asimismo se realizaron muchas pruebas existiendo
algunas que cobraron especial relevancia como
la pericial caligráfica.
En el presente caso será abordado enfocando el trabajo de la
criminalística en la participación de la resolución del crimen.
En ese sentido, se analizará cómo se realizó la criminalística de campo,
los distintos tipos de escena donde se realizaron los hechos de acuerdo a sus
características y de acuerdo al tipo de lugar. De igual manera se expondrá el
trabajo de la Policía y Médicos forenses en el recojo correcto de indicios y
cómo alguno de estos se convirtieron en evidencia importante y vital para la
averiguación de lo que realmente le sucedió a la psicóloga Ana Permanyer.
Finalmente se analizará la importancia de las pericias grafológicas y
caligráficas en la resolución del crimen.
Desarrollo:
La psicóloga
Ana Permanyer fue encontrada en Stiges – España a los 10 dias de su
desaparición sin vida, en una cantera en posición decúbito supino con las
piernas semiflexionadas de forma somera se aprecia los huesos de una de las
extremidades inferiores a causa de la descomposición, el hallazgo del cadáver
se produce a 50 kilómetros de Barcelona.
Asimismo, se determinó en la investigación que la
señora Ana Permanyer fue asesinada en el piso 11 del Edificio Atalaya el cual
pertenecía a un abogado amigo de la asesina Carmen Badia, lugar que se
encontraba desocupado en el momento de los hechos, departamento que posterior
al evento delictivo fue incendiado intencionalmente.
En ese sentido, respecto al trabajo de
criminalística de campo esta se desarrolló en los lugares de los hechos y
respecto a la escena de crimen, se tiene que la escena en el piso 11 del
edificio Atalaya de acuerdo a sus características se trataría de una escena primaria
toda vez que en dicho lugar se realizaron los hechos determinantes del delito
que fue la muerte de la occisa Permanyer, lugar que de acuerdo al tipo de lugar
se trató de una escena a campo cerrado por tratarse de una vivienda tipo
departamento ubicado dentro de un edificio.
Asimismo, respecto a la escena en la Cantera en
Stiges, a unos 50 kilometros de Barcelona donde se encontró físicamente el
cuerpo inerte de Ana Permanyer, de acuerdo a sus características se trataría de
una escena secundaria, por ser el lugar del hallazgo del cadáver, lugar que de
acuerdo al tipo de lugar se trató de una escena a campo abierto por tratarse de
una cantera ubicada cercana a una carretera en un lugar amplio, público y
despejado.
De igual manera puede considerarse una tercera
escena la cual tendría la condición por sus características de escena terciaria
la cual sirvió de enlace entre el piso 11 del edificio Atalaya donde dieron
muerte a la occisa y la cantera en Stiges donde fue hallado su cadáver que
podría ser el vehículo de Joan Sesplugues donde se encontró una herramienta de
fierro que luego de las investigaciones determinaron que fue usada para dar
muerte a la occisa, por lo que es de presumir que fue trasladada la occisa en carro
de este, considerando la escena terciaria el traslado de la occisa en el auto
hacia la cantera donde fue hallada.
Respecto a los indicios y evidencias se tiene
que el primero es todo tipo de señal,
vestigio, huella, marca u otro análogo, hallado en la escena del crimen y
que necesariamente requiere de un
análisis u estudio por parte de peritos y/o pesquisas que intervienen en un
hecho delictuoso o presunto hecho delictuoso que requiere respuesta, por otro
lado, el segundo, es todo aquello que es perceptible y observable que no se
puede dudar racionalmente de ello, como respuesta de los estudios y/o análisis
realizados a los indicios. En términos básicos, el indicio es una señal que
requiere de un examen previo a fin de determinar si será considerada una
evidencia a posterior. Como puede ser, por ejemplo, una mancha de sangre en el
piso como indicio que luego de un examen por parte de un perito biólogo,
resulté que se trata de sangre, lo que sería una vez el resultado considerado
evidencia.
En ese estado de cosas, se tuvo en la investigación
muchos indicios y evidencias, siendo uno de vital importancia un cabello
ubicado en el cuerpo de la occisa, en la escena secundaria a campo abierto de
los hechos el mismo que se encontró en la Cantera de Stiges, indicio que luego
de haberse realizado el examen correspondiente se determinó que dicho cabello
pertenece Joan Sesplugues el mismo que
fue usado como evidencia para el presente caso que vínculo a este personaje con
la señora Carmen Badia en la realización de los hechos materia de Litis.
Así como el cabello encontrado, también se halló un
cable rojo y una sábana en la escena de hallazgo del cadáver, elementos que
fueron contrastados con los objetos que tenía la señora Carmen Badia en su
poder, como fue la aspiradora y el conjunto de sábanas del mismo tono y color.
Finalmente las pruebas al contrato de arras entre
presuntamente Carmen Badia con la occisa y a las cartas anónimas que le
llegaron a José Manuel
García esposo de la occisa.
La primera pericial caligráfica-grafológica tenía
por objeto determinar si Anna Permanyer había firmado el contrato y de ser así
en qué estado anímico. Los Facultativos del Cuerpo Nacional de Policía y demás
peritos calígrafos confirmaron que las firmas eran de la psicóloga, si bien
presentaban alteraciones gráficas en contraste con las suyas habituales, que
eran completas y cuidadas, compuestas de nombre y apellido legibles.
Según los informes periciales, los cambios
grafonómicos observados en las firmas del contrato de arras afectaban a
variables como el orden, continuidad, presión y velocidad, denotando un estado
de alteración emocional fuera de lo común. Se trataba de una escritura
atormentada, propia de alguien con alta carga de angustia. Algunas firmas eran
muy simplificadas y otras incorporaban elementos extraños a las mismas, con
trazos bruscos que sugerían la intervención de otra mano para obligarla a
escribir. Todo hacía pensar que eran firmas obtenidas a la fuerza, contra la
voluntad de Anna Permanyer, realizadas bajo coacción o presión sobre la
víctima.
En la segunda pericial caligráfica se cotejaron los
anónimos con la grafía de la acusada, Carmen Badía y se encontraron más de
cuarenta coincidencias gráficas. La presencia en los anónimos, a pesar de estar
disfrazada la letra, de los gestos-tipo o movimientos intrínsecos y personales
de la acusada, confirmaba su autoría.
En ese estado de cosas, el análisis caligráfico y
grafológico del contrato y los anónimos fueron decisivos para determinar que
fue Carmen Badia la autora intelectual del crimen de Ana Permanyer al haber
tenido secuestrada a la occisa haberla hecho firmar un documento de arras y
posteriormente dado muerte con la ayuda de Joan Sesplugues. En dicho contrato
de arras se verificó que si bien era verdadera la firma de la occisa está no
habría sido de manera voluntaria. Asimismo los anónimos fueron remitidos y
elaborados por la propia Carmen Badia al haberse encontrado más de 40
coincidencias pese a que intentó forzar una letra distinta.
Conclusiones:
La ciencia criminalística aportó una serie de
herramientas a fin de descubrir a los autores del delito asicomo la forma y
circunstancias en que fue realizado el mismo, asicomo el móvil del asesinato,
que vendría a ser un móvil ecónomico de la señora Carmen Badia de quedarse con
la propiedad de su arrendadora fallecida. Se pudo determinar hasta tres tipos
de escenas como fueron la primaria en el piso 11 del edificio atalaya, la
secundaria en la cantera Stiges y la terciaria el trayecto en carro de Joan
Sesplugues transportando a la occisa del piso 11 a la cantera. De igual manera
se analizaron indicios que luego fueron convertidos en evidencias como el
cabello de Joan Sesplugues encontrado en el cuerpo de la occisa.
La importancia de las pericias que determinaron la
comisión del delito por parte de Carmen Badia y Joan Sesplugues estuvieron a
cargo de las pericias grafológicas y caligráficas las cuales determinaron las similitudes
entre la letra de la señora Badia con los anónimos y que pese a la firma en el
contrato de arras por parte de la occisa está no fue voluntaria; toda vez que
la letra de una persona no es igual a la de otra, generándose características
innatas a la persona desde la etapa de niñez, perfeccionándose en la etapa de
la adolescencia. Querer desvirtuar el resultado de las pericias resultaría
inoficioso toda vez que están descubrieron a la autora del delito y que la
occisa fue coaccionada a la suscripción de documentos sin su consentimiento.
Si bien el asesinato de la psicóloga Ana Permanyer ha quedado dilucidado,
esto no habría sido posible sin el trabajo de la policía y medicina forense y
de las prácticas criminalísticas realizadas en campo y en laboratorio, que
forman parte del presente caso; debiendo rescatar el trabajo de la ciencia
criminalística en la resolución de conflictos criminales.
[1] Rtve.es (2015) Ciencia Forense – El Caso Permanyer. España, ES.:
Recuperado de http://www.rtve.es/alacarta/videos/ciencia-forense/ciencia-forense-caso-permanyer/3416120
[2] PeritoCaligráfico
Documentoscopia (2017) El asesinato de la psicóloga Anna Permanyer. España.
ES.: Recuperado de: https://peritocaligrafo-documentoscopia.com/el-asesinato-de-la-psicologa-anna-permanyer/